La tensión central de la vida espiritual está entre trabajar para transformarnos en mejores personas, y la necesidad de aceptarnos y amarnos exactamente como somos. Estos dos vectores de la vida de un buscador parecen estar en desacuerdo, ¿no?

Parece que podrías lograr uno, pero ambos... nop.

Podrías cambiar, o podrías honrarte exactamente como eres en este momento. La paradoja es que aparentemente se nos pide lograr ambas cosas. Simultáneamente.

Para nuestro rescate, la tradición Tántrica tiene una exploración cuidadosa de este dilema y llega a una conclusión brillante: Nos dice que al abrirnos a la posibilidad de honrarnos exactamente como somos en cada momento, nos abrimos también a honrar la transformación a la que estamos sujetos, ya que no somos entidades estáticas. Nada en el cosmos lo es!

Esta sería una verdadera aceptación, ya que incluye cualquier variación que podamos experimentar en el tiempo. De esta manera nos abrimos a aceptar también nuestra evolución, en el momento en que la experimentemos.

Desde esta perspectiva, ya no buscaríamos forzar un cambio partiendo de que no somos lo suficientemente buenos; sino que el cambio y el crecimiento que queremos honrar son los que naturalmente nos van a suceder. Subrayo naturalemente por que somos parte de un todo y todo en la naturaleza cambia.

Desde la perspectiva tántrica, aceptarte a tí mismo incluye aceptar la vida, que evoluciona a un ritmo natural. El proceso por el cual la conciencia se despierta a sí misma a través de nosotros es inevitable y todxs estamos involucrados en este proceso de autodescubrimiento. T-O-D-O-S

Si lo piensas, esto global. Hay un único camino espiritual, disfrazado con diferentes trajes culturales, y todos estamos en ese camino. Todos somos parte del mismo juego, aun sin saberlo. Incluso aun negándolo. Este juego es el proceso por el cual la conciencia llega a conocerse, amarse y celebrarse a sí misma. Idealmente todas sus partes, (conocidas como nosotros) llegaríamos eventualmente a este reconocimiento de que somos UNIDAD

Ese cambio natural

Algunas personas, por supuesto, no saben que están en el camino natural de la evolución. Están acumulando placeres o acumulando dolor, sin darse cuenta de que la acumulación de tales experiencias no les conducirá a lo que sea que entiendan por realización.

Sin embargo, una vez que hayan acumulado una cierta cantidad de sufrimiento o placer, , algo dentro de sí les hará sentir que eso... simplemente no está funcionando.

En este punto, se produce una apertura en el interior (la tradición lo llama śaktipāta). Y sea cual sea su sistema de creencias, en ese momento perderá todo sentido. Por esa apertura entrará la necesidad de interpretar la vida de una manera distinta. Se producirá el cambio. Es la fuerza natural de la vida. El CAMBIO del que hablabamos al inicio.

Cuando comience esta transformación quizá pensemos: Tengo que hacer este trabajo espiritual; Tengo que hacerme uno con Dios. Mi pareja y mi mama debería estar haciéndolo. Que duro hablar con alguien que no entienda acerca de este tema. Esta actitud es una senal de que todavía no nos ha sucedido nada muy profundo.

Apenas vamos por ese primer paso en el que nos creemos agentes de nuestra propia transformación, y queremos la responsabilidad de algo que realmente no sabemos cómo hacer. Porque ese “algo” en realidad no necesita ser 'hecho' sino que simplemente necesita ser permitido.

En la tradicion del yoga, cuando te colocas en el papel del hacedor, no puede tener lugar ninguna transformación real. Para ilustrarlo podemos pensar en que si quisieramos forzar la apertura de una flor, la destruiríamos.

Dichosamente, esa inmadurez da paso a una siguiente etapa en la que estamos dispuestxs a abrazar la totalidad de nuestro ser (con lo que sea, con lo que este experimentando) y permitir que se desarrolle un proceso natural.

Es entonces cuando la transformación real puede suceder. En ese momento dejamos de obstaculizar nuestro propio camino y soltamos nuestras proyecciones mentales de cómo debería ser un vida espiritual, para entregarnos a ese poder intuitivo interno conocido como Kuṇḍalinī.

Según Christopher Wallis, Kuṇḍalinī Shakti se define como la inteligencia innata de la Conciencia que posee cada ser dentro de sí. En el trabajo espiritual, la verdadera tarea de la mente es salirse del camino para que esta inteligencia, kuṇḍalinī, pueda hacer su trabajo a través del cuerpo-mente sin obstáculos.

Conclusión:

La manera más sencilla de mejorar es aceptarte tal y como eres en cada momento, porque la fuerza de la vida está trabajando a través de ti en cada instante. Confía. No trates de ser el agente de tu transformación, sino que cuando sientas que el cambio esta por suceder, simplemente permítelo.