El 31 de enero de 2023 cumplí un año de renunciar a mi trabajo “seguro” y seguir la voz de mi alma. Decidí dedicarme a lo que he sentido hace unos 3 años como lo que de verdad me gusta y decidí emprender como Life Coach y como Profesora de Yoga.

En realidad, creo que todos los emprendedores arrancamos igual, sólo con una maleta de sueños que queremos ver realizados porque por fin estamos haciendo lo que nos gusta y hemos decidido salir de un sistema que, a mi parecer, nos mantiene en piloto automático, o en mi caso, así sentía que tenía que vivir y actuar. Eso sí, respeto y admiro los que en el “sistema” encuentran su pasión y lo hacen con un trabajo que sale del alma. Los aplaudo.

En el recorrido de este camino de ofrecer y vender tus servicios inicias pensando que como a ti te sirvió y transformó tu vida, de esa misma manera vas a llegar a muchas personas, pero en mi caso me había convertido en la “profe de mis amigos” y así empecé a actuar.

No sabía cómo cobrar, me daba pena cobrarles a mis amigos la mensualidad o la clase y en realidad tampoco veía la gran mayoría de veces como ese compromiso que adquieres cuando estás inscrita y pagando por algo que te gusta, entonces era la que ni orden en mi presupuesto podía llevar debido a esto.

Por otro lado, está mi saboteadora interna que me decía, ¿si tus amigos no te toman en serio, quien dice que lo van a hacer los que no te conocen? Gran error.

Sí, hay amigos cercanos que te apoyan, pero creo que el primer aprendizaje que he tenido en este tiempo es que tus amigos o familiares no son tus clientes, tú debes crear tu producto o servicio teniendo en cuenta estos dos puntos:

1. Que lo que hagas sea lo que tú eres, que tenga tu identidad, tu esencia y que los cambios vengan de tu crecimiento. Tú no te acomodas al mercado o al público. Este te busca porque resuena con lo que eres tú.

2. Describe y ten muy presente tu cliente ideal. Quién es, qué hace, cuánto gana, a qué hora es su mejor hora para recibir clase; en fin, qué tipo de persona es a la que tú quieres ayudar y quieres que tome tus servicios o compre tus productos.

Y lo anterior te lo cuento porque yo vivía acomodándome a “mis amigos”, a que no se quedaran sin clase, a que si no hacían una clase yo la reponía.

Resultado final del año pasado: Me quedé con una sola estudiante, no volví a ofrecer clases de yoga durante un tiempo, y sí, una vez más el fantasma del fracaso apareció.

Así que la única opción que tenía era decidir y actuar. ¿Cómo puedes hacer para que tu emprendimiento funcione?

Trátalo con la grandeza que se merece, trátalo como una empresa, crea toda tu estrategia de negocio y sí, esto puedes hacerlo en conexión con el Universo, confiando que él está ahí apoyándote y sosteniéndote. En mi caso, estoy tratando mi empresa con la grandeza que merece para ver manifestado lo que quiero.

Han vuelto más estudiantes, estoy dictando mis clases, estoy saliendo de caminos en los que me metí hace un año, pero saliendo con más aprendizajes y Simple Balance ahora se estructura con más bases, porque así el camino me ponga desafíos que me podrían hacer volver a lo viejo, yo decido quedarme y darla toda por lo que mi corazón vibra.

Gracias por Ser y Estar Namasté